Tecnología IoB, clave para redefinir la relación con los usuarios y la innovación empresarial

Durante la emergencia por la pandemia de COVID-19, la industria pudo contemplar dos tipos de organizaciones: aquellas que trastabillaron y continúan luchando contra un sinnúmero de problemas y las que pudieron adaptarse a las condiciones y no detuvieron su crecimiento económico de manera significativa.

El factor determinante para estas dos experiencias, aunque no el único desde luego,  giró en torno a la tecnología, especialmente a la transformación digital: las empresas que adoptaron estos procesos de manera temprana no sucumbieron y las que los postergaron no salieron bien libradas.

El coronavirus cambió el mundo radicalmente. Para muchos negocios, la nueva normalidad implica que la calidad de los productos y servicios que ofrecen ya no resulta determinante. Entonces ¿a qué debemos apostarle?

Experiencia del usuario y tecnología IoB

 

Es innegable que la calidad de la oferta es indispensable, pero también que las empresas necesitan enfocarse en producir experiencias memorables para sus clientes.

De acuerdo con un informe de PwC, una sola mala experiencia de una marca es suficiente para lograr que el 32 por ciento de sus clientes la abandone. Estos datos resaltan la necesidad de construir una hoja de ruta de experiencias concretas.

Para esta tarea resulta necesario voltear hacia las herramientas de análisis big data, pues los usuarios están buscando siempre diversas experiencias y generando toneladas de información a través del uso de los sistemas computacionales.

Una tecnología que debe ponerse en el centro de la innovación empresarial es la denominada Internet of Behaviors (IoB), la cual es una extensión del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), pero que a diferencia de esta última tiene un mayor enfoque en el análisis de datos.

En otras palabras la IoB permitirá a las empresas descifrar fácilmente el comportamiento de los clientes, conocer sus preferencias, prácticas, hábitos, necesidades, deseos, entre otras circunstancias. Los resultados obtenidos a través de los dispositivos en las redes de IoT como el teléfono celular, la computadora o las tabletas jugarán un papel fundamental en el diseño y la entrega de experiencias personalizadas para los clientes.

Se espera que esta tecnología emergente aperture numerosas posibilidades en los negocios, las finanzas personales, el lugar de trabajo y mucho más. Los expertos prevén que el IoB se convertirá más en una parte de la vida humana con más de 3 mil millones de personas bajo su influencia para 2023.

De acuerdo con las predicciones estratégicas de 2020 de la consultora Gartner,para 2025 más de la mitad de la población mundial estará en al menos un programa de IoB.

 ¿Por qué el IoB puede cambiar las reglas del juego?

En medio de la mayor reestructuración tecnológica empresarial, el Internet of Behaviors ha venido a realizar una tarea que hasta ahora ninguna herramienta podía realizar: potencializar la creación de experiencias holísticas o integrales centradas en el usuario.

Esta tecnología emergente asegura la interoperabilidad entre tecnologías, dispositivos y sistemas dispares, recopilando datos de todos los puntos finales y permitiendo que otras herramientas como la inteligencia artificial (IA), el Machine Learning (ML) y el análisis de datos realicen la minería de datos y subsecuentemente los conviertan en información.

En el mismo sentido, el IoB habilita a las empresas para incorporar inteligencia conductual que es fundamental para predecir el comportamiento del usuario, el cual está cambiando de manera constante y de manera cada vez más acelerada.

Con la aplicación de estos conocimientos y tecnologías las compañías no solo se beneficiarán de la predicción de los comportamientos, sino que también pueden crear estrategias para influir en la conducta y los deseos de los usuarios de tal manera que estos consuman los productos o servicios que se les están ofreciendo.

En conclusión, es innegable que el IoB está resultando beneficioso para las empresas, ya que estas pueden optimizar su relación con el consumidor en función de los datos recopilados. Mientras el IoT logra convertir datos en información, habrá que esperar para ver si este proyecto emergente logra convertir nuestro conocimiento en sabiduría.

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